Acompañamos al grupo de voluntarios que esta mañana se dispusieron a limpiar el río Cabrón en los alrededores de la EDAR de Buscás. Nos encontramos a las 12 de la mañana en la Casa do Concello un grupo de estudiantes, varios miembros de la Asociación Tarandeira y de Adega y tres trabajadoras del Grumir de Ordes. Después de cambiarse de ropa, nos dirigimos en una soleada mañana al río. Manolo, de Tarandeira, fue quien organizó al voluntariado que se dividiría en dos grupos. Vanesa, Tatiana, Cristian, Adrián, Ana, Yolanda y Fernando por uno; y José Manuel, Eva, Montse, Jessica, Fernando y Carmela por otro.
“Lo más habitual es encontrar neumáticos, toda clase de plásticos y metales y vidrio” me decía Ana, vecina de Buscás y una de las Grumir que hoy estaban de guardia. Entonces no es tan habitual encontrar grandes residuos?, preguntaba. “No…”. Junto a ella participó en la limpieza Carmela y Yolanda, que era la primera vez que asisitía a una limpieza de ríos. “No querías ver un electrodoméstico? Pues ahí lo tienes”, me contestaba Yolanda casi a continuación que respondiera su compañera Ana. Una cocina aparecía a las orillas del río. Junto a ella, varios neumáticos, una pequeña olla y kilos y kilos de plásticos y todo tipo de hierros.
"Fai uns anos encontramos dous tractores no río"
Manolo, tesorero de Tarandeira lleva ya once años colaborando en la limpieza de ríos. “Fai uns anos”, cuenta, “encontramos dous tractores no río”. El problema muchas veces viene de los propios vecinos de los alrededores. “Eles non son reacios á limpeza cando nos ven por aquí, pero son conscientes de que moitas veces vimos limpar o que eles ensucian. As parroquias necesitan depósitos de residuos para que non teñan disculpa algunha para tirar lixo ao rio”, reconoce. Junto a él una enorme roca de cemento solidificada imposible de desprender del río. “Se é pedra non pasa nada, pero se é polvo [o cemento], eso mata troitas”.
Manolo, tesorero de Tarandeira lleva ya once años colaborando en la limpieza de ríos. “Fai uns anos”, cuenta, “encontramos dous tractores no río”. El problema muchas veces viene de los propios vecinos de los alrededores. “Eles non son reacios á limpeza cando nos ven por aquí, pero son conscientes de que moitas veces vimos limpar o que eles ensucian. As parroquias necesitan depósitos de residuos para que non teñan disculpa algunha para tirar lixo ao rio”, reconoce. Junto a él una enorme roca de cemento solidificada imposible de desprender del río. “Se é pedra non pasa nada, pero se é polvo [o cemento], eso mata troitas”.
En total fueron cerca de 400 kilos los retirados esta mañana del río.
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