lunes, 5 de octubre de 2009

La Movida de Ordes agoniza (Primera Parte)

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Los hosteleros ordenses empiezan a trasladarse y a abrir ‘sucursales’ de sus locales en Santa Comba

Un testigo del nacimiento de la Movida de ordense nos relata sus memorias

La histórica Movida de Ordes se nos muere. Sabíamos que no duraría toda la vida y la amenaza en la que parecía convertirse Santa Comba está condenando a Ordes a un éxodo de jóvenes y de locales. Son unos cuantos ya los empresarios del ocio nocturno de Ordes que han abierto ‘sucursales’ en Santa Comba. Según datos de la Policía Local, son 8.000 los jóvenes que cada fin de semana se trasladan a esta localidad de la comarca do Xallas que cuenta con 10.500 habitantes por los 12.500 de Ordes.

¿Cuándo empezó todo?
Podríamos localizar el inicio de nuestra Movida en el año 1992. El Campo da Feira contaba con una novedosa discoteca llamada Elepé 45 -tras una reforma de una antigua sala de fiestas llamada Ordenes 2000, donde había actuado el mismísimo Julio Iglesias- y ubicada pocos metros más atrás de donde se encuentra en la actualidad, concretamente en el lugar que ahora ocupa el Eroski Center.

El Super Dépor sorprendiendo a España y Europa, la resaca de los Juegos Olímpicos y una Expo’92 hizo que la Xunta de Galicia se entregara por completo en la celebración del Año Santo de 1993. El famoso Pelegrín lideraba el proyecto de Manuel Fraga que buscaba repetir los recientes éxitos para Barcelona y Sevilla.

Mientras, en nuestra villa los inmortales lugares de copas como el Kilé, Doniña, el Matadeiro, el Bariloche o el Tebras –hoy Foxos- dejaban paso a nuevos y reformados locales como el Kronos, el Arcos, el Bruxas, el Carpe Diem y sobre todo, el Papaluz. Desde el verano de 1992 que se abrían las puertas de este ya mítico local–en origen sólo contaba con una planta, siendo el primer disco pub de todo Ordes- empezó a correr la voz por toda la provincia alertando del fabuloso ambiente nocturno de nuestra villa. Desde las primeras copas del Orellas y el Carpe Diem, la marcha continuaba en el Bruxas para seguir en el Papaluz y terminar la velada haciendo cola y bailando en Elepé 45 el Y digo Deportivo vamos a ganar esta partido… acompañados de las imágenes del Super Dépor de Bebeto en pantalla gigante.

Motivado por el éxito de esta propuesta, muy pronto abrieron otros locales en el Campo da Feira, como el Tahití, Desórdenes, la cervecería Zentrum, el Barmacia o la Cabaña del Tío Bob. Ordes se convertía en lugar de peregrinación nocturna en detrimento de A Coruña, Santiago de Compostela o Betanzos. La Movida contaba con diferentes ambientes, desde la salsa del Manisero al pop del Papaluz y el rock del Desórdenes. Pero pronto, un estilo se empezó a imponer sobre los demás, el que muchos llamarían chunda-chunda, una suerte de música ligera electrónica basada en el remix latino de baja calidad y destinada al consumo en bares y discotecas del rural.

Insufribles temas extraidos de toda clase de Boleros Mix y recopilatorios variados como We Like to Party!, de Vengaboys, Mi medicina de Joe Carlo, todos los ‘exitos’ de Alexia y el Please Don´t Go de los ínclitos Double You sonaron tanto en aquellos años que no debe haber un solo treintañero ordense que al oírlos su mente no haga un viaje atrás en el tiempo de más de quince años.

El Mesón do Vento quiso tener también su Movida los viernes
Muchos otros recordarán incluso el vago intento del Mesón do Vento por repetir el éxito de Ordes abriendo una serie de locales a ambos lados de su trozo de carretera con la intención de repartirse la Movida del siguiente modo: viernes, Mesón do Vento; sábado, Ordes; y domingo, Carral. La propuesta no prosperó para con el Mesón y hoy los locales supervivientes de aquel propósito sobreviven como meros bares nocturnos sin atractivo alguno.

A la par que Elepé 45 se iba haciendo más y más cosmopolita, los ordenses se iban refugiando en otros locales autóctonos, pero cada vez más autobuses y coches llegaban de todos lados: A Coruña, Mesía, Betanzos, Ferrol, Santiago, Oroso, Santa Comba, Carballo…Y con ellos mucho dinero para gastar. La bola de nieve se hacía más y más grande y se iba especializando. Cada vez reclamaba más espacio en detrimento de lugares más alternativos como el Carpe Diem o el Desórdenes que fueron condenados o bien a desaparecer (el primero), o bien a reconvertirse en más-de-lo-mismo.

"Tivemos Movida, si, pero nunca foi unha movida cultural"
“A influenza da Movida de Vigo aínda era enorme non só en Ordes, senón en toda Galicia. Siniestro Total, Os Resentidos…todo iso era un gran orgullo dos galegos e un espello para todos nós. Estaba nacendo tamén o Bravú e nós en Ordes tiñamos a nosa propia Movida. Todo parecía que ía estar de puta madre...”, cuenta a Ordessiete un músico testigo de aquellos primeros años. “Tiñamos Movida si, pero ollo, nunca foi unha movida cultural, senón que realmente o que tivemos, e agora co paso do tempo doume de conta, solo foi un gran botellón. Como podía ser que en todo Ordes houbera un único local de música en directo, e para iso de pascuas en ramos?”, nos conta.

Efectivamente, nunca la llamada Movida ordense aportó nada a la cultura gallega. No salió ni una sola banda, ni un movimiento artístico, ni una ideología…Aquello era beber, más beber, dejarse el dinero en la barra del pub, y largarse de madrugada a casa borrachos como cubas. Nunca se editó una revista, jamás vimos a algún actor, músico o personaje famoso recorrer los locales de copas de Ordes. Había miles de personas y miles de litros de alcohol, pero no aportaría ni gota de cultura ni glamour.

“Agora que o pensó é decepcionante como o Concello por aquel entonces non moveu unha palla por preocuparse por nós, polos que estabamos creando música e queríamos ofrecer algo a toda Galicia. Tiñamos o público, miles de mozos e mozas con ganas de pasalo ben cada sábado, pero tiñamos tamén o desprezo dun Concello mojigato que nos miraba como apartados sociais e como uns drogados. Os bares de copas de música chunda-chunda e os cartos fáciles os cegaron e nos apartaron. Para eles, nós éramos escoria que había que atallar da vila”, concluye.
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Carpe Diem y Mario, templos culturales de Ordes
¿Quién no recuerda a Mario detrás de la barra del Carpe Diem? Fue el gran promotor cultural en el Ordes de aquellos años. En el Carpe no sólo había alcohol, había libros, revistas, todo tipo de juegos de mesa, buena música, y cuando se podía, algún grupo de música, cuentacuentos o humorista nos hacía pasar un rato más que agradable. “Mario foi o verdadeiro motor musical de aqueles tempos. Un tipo fantástico que amaba o rock e amaba Galicia e a súa cultura e a todas luces que puxo o seu grao de area en todo iso co seu local”, afirma.

En un primer momento, incluso no contaba ni con televisor. Finalmente pudo más el practicismo y Mario sucumbió al atractivo de la caja tonta. “Si. Todos somos conscientes do difícil que é manter un local cultural puro. Foi tamén unha magoa que, pouco a pouco, o Carpe acabara converténdose case que nun bar máis…”.

Un accidente de coche nos hizo bajar de las nubes
Un accidente de coche en la misma curva de Guindibóo de abaixo en el verano de 1994, y a la par que Tassotti le rompía la nariz a Luis Enrique en cuartos de final del Mundial de EE.UU., segaba la vida de dos conocidísimos jóvenes de la villa. El multitudinario entierro de los chicos nos puso los pies en la tierra. Volvían de una larga noche de movida estudiantil de Santiago. Las secuelas de aquel golpe fueron muy duras y duraderas. Se empezaron a escuchar las primeras críticas a la Movida, a su desenfreno, a la cultura del ocio de una villa cuya fama atravesaba las fronteras provinciales. Los primeros años de Movida empezaban a pasar una durísima factura...

Un año más tarde, el Super Dépor conseguía su primer título: una Copa del Rey. Los ya pocos celtistas que quedábamos en la villa nos resentíamos, nos refugiábamos en el Orellas y a regañadientes aceptábamos los éxitos del proyecto de Lendoiro.

Mientras, cada domingo Ordes seguía amaneciendo en un resaca de cientos de litros de alcohol bebidos y millones de pesetas embolsados...

Próximamente. Segunda Parte: De cómo la Movida se convirtió en el chunda-chunda
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Foto: Dos jóvenes bailan en la discoteca LP45

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