Manuel Regos recién instituido alcalde de Ordes. Sobre su cabeza, la imagen real "iluminando"nuestros destinos. |
Por R. A. Landeira
Con ocasión de la procesión de Santa María de Ordes publicamos hace ahora un año un breve comentario sobre algunos fallos de protocolo en el ceremonial eclesiástico. También tuvimos ocasión de comentar la semiótica decorativa del despacho de la alcaldía de Ordes y la urgencia de renovar algunos símbolos, herencia de un poder civil muy lejano del concepto contemporáneo del alcalde. Hablando de esto último, el salón de plenos de la Casa do Concello exige una urgente actualización entre la que se encuentra la retirada del retrato del Rey sobre la cabeza del regidor, como si de una deidad "iluminando" al regidor se tratase. El nuevo protocolo aconseja ubicar este tipo de retratos en un sitio noble, pero hacia un lado, nunca en el cabecero del escaño del alcalde, como si de la vetusta imagen de un crucifijo sobre un cama se tratara.
Ayer asistimos al ceremonial de constitución de la corporación municipal para la legislatura 2011-2015 con nuevos fallos de protocolo que ahora mostramos.
1. Público asistente e invitaciones. Quien pretenda restarle importancia al ceremonial argumentando que se trata de un "acto sin importancia", hemos de decirle que se equivoca y prueba de ello es que el salón de plenos estaba lleno de vecinos muy curiosos por atestiguar el formalismo de una toma de posesión. Pese a que la primera fila estaba "reservada", quienes ocuparon finalmente esos asientos fueron una serie de ex concelleiros. Lo deseable hubiese sido que desde la Alcaldía se hubiese hecho llegar una formal invitación del acto a las otras fuerzas vivas del municipio: la jueza de Ordes, un responsable del cuerpo médico y otro del Registro y del Notariado, el máximo rango de la Guardia Civil destacada en el municipio, y una invitación formal a los anteriores regidores de Ordes. Todos estos deberían haber sido invitados. Que finalmente estas personas asistan o no es algo que ellos deberán decidir, pero el Concello de Ordes tiene la obligación protocolaria de invitar al ceremonial a estas personas y dar a entender, mediante este tipo de gestos: En Ordes contamos todos y todos juntos saldremos del "bache" al que se refirió el alcalde durante su discurso.
2. Policía local uniformada. Pese a que sí ha habido actos protocolarios con policía local uniformada, en esta ocasión no la hubo. Recordamos que el jefe de la Policía Local es el propio alcalde y la presencia de un miembro de uniforme de gala en el ceremonial representa la sumisión de las fuerzas de seguridad a este y por ende a la soberanía popular.
3. Medallas conmemorativas. No se entregaron las credenciales de edil del Concello de Ordes a los diecisiete miembros de la corporación.
4. Jura o promesa. El secretario del Concello optó por un formalismo excesivamente breve que le restó magnitud al acto en el que el concejal únicamente tenía que levantarse de su asiento y pronunciar "xuro" o "prometo". Quizá la fórmula de mayor dignificación de la figura de concejal hubiese sido habilitar un atril en la sala, llamar uno a uno a los concejales electos y leer lo siguiente: "Xuro/Prometo pola miña conciencia e honra, cumprir fielmente coas obrigas do cargo de concelleiro/a con lealtade a El-Rei, e gardar e facer garda a Constitución como norma fundamental do Estado".
5. Toma de escaños. Los concejales tomaron asiento en sus escaños de forma improvisada sobre unos asientos con un pequeño cartel con su nombre. Lo protocolario hubiese sido haberlos llamado uno por uno por parte del secretario del Concello y que tomaran asiento de manera ordenada.
6. Discursos. Tras la toma de posesión simbólica con la entrega del bastón de mando, el alcalde debió haber ofrecido un turno de palabra a los portavoces de los diferentes grupos municipales y terminar él con un discurso preferiblemente leído y no oral, tal y como lo hizo. La diferencia entre el discurso oral y el escrito es que este último se reserva para aquellos actos formales que suponen una exigencia en su cumplimiento y en los que no se debe improvisar. Entre los primeros (orales) se encuentran los mítines políticos, las laudatios y los agradecimientos a premios. Entre los segundos (leídos), se encuentran las tomas de posesión, los discursos de investidura, las inauguraciones oficiales y cualesquiera otros que exigen un formalismo y una especial responsabilidad en los términos de sus palabras.
7. Entrega de programa de gobierno. Es habitual que en ese mismo acto se entregue a los asistentes un pequeño libro impreso con el programa de gobierno del alcalde electo, o al menos las directrices del mismo. Ninguna de las dos se hizo.
8. Himno gallego. Una deliciosa forma de concluir el acto hubiera sido la interpretación del Himno Galego por parte de un pequeño grupo de gaitas o mejor aún, un/a vocalista, cosa que no se hizo.
9. Foto de familia. No existió una foto de familia de los diecisiete concejales electos que debería haber existido justo después de la clausura del acto formal.
Debemos ser buenos anfitriones
En conclusión, el Concello de Ordes está todavía muy pez en protocolo y técnicas de comunicación. El alcalde habló de la inminente habilitación de nuevo suelo empresarial para grandes empresas. ¿de verdad creemos que sabremos ser buenos anfitriones?La obligación del gobierno de Ordes es potenciar y defender la dignidad de los ordenses y en esto debemos insistir en decir que el protocolo no es algo de la 'beautiful people' que pertenezca a los grandes acontecimientos sociales de las capitales y como tal, prescindible. El protocolo es la buena educación reglada y no hay mejor forma de comenzar a trabajar que con formas que tanto nos dignifiquen a nosotros mismos como tener la certeza de que sabremos dignificar a terceros.
Saber de protocolo es tanto saber dirigirse a un ministro del Gobierno de España y hacer que disfrute de su visita a nuestra villa, como saber expresarse y recibir a una mujer inmigrante víctima de violencia de género, y que esta se encuentre igualmente cómoda y respaldada por nuestros recién electos concejales municipales, representantes ante la ciudadanía universal de la dignidad de los ordenses.
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