Los ordenses, escépticos ante las bondades de un Plan Estratégico para el municipio

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La Mancomunidade de Municipios de la Comarca de Ordes sería el ente ideal a quien encargarle la redacción de un Plan Director 2012-2022

Por R. A. Landeira

Esta misma semana, el municipio vizcaíno de Sestao aprobaba su plan estratégico municipal. Un ambicioso programa diseñado para atajar un problema como es el paro que embiste al 22% de su población en edad de trabajar. El informe abarca cuatro líneas de actuación: formación, orientación, inserción y apoyo al comercio.

También Logroño presentará previsiblemente en septiembre su plan director que prevé hasta 126 acciones diferentes. Sus elementos clave son la participación, innovación, integración y consenso, un plan gestionable y evaluable, y la transparencia.

Se trata de dos ejemplos, los de Sestao y Logroño, de reflexiones estratégicas globales destinadas a empresas y especialistas a brindar sus propuestas a favor de una política municipal sostenible a medio y largo plazo. También Santiago de Compostela, Lugo y varios municipios de Madrid optan por el diseño de esta hoja de ruta que pretende evitar la improvisación y espontaneidad de diversas concellerías y/o alcaldías con asuntos en los que ciertamente su capacidad resolutiva en un periodo legislativo de cuatro u ocho años es muy baja. Ejemplo de ello puede ser la falta de oportunidades laborales, la baja formación académica y profesional de nuestros vecinos, una política de urbanismo sostenible, una elevada cifra de fracaso escolar o incluso unos generalizados malos hábitos alimenticios.

Un 57 por ciento no saben si necesitamos un plan estratégico o no
Sin embargo, la mayoría de los lectores de Ordessiete han mostrado su escepticismo ante la pregunta de si nuestra villa precisa del diseño de un plan estratégico. Un 57 por ciento no saben si sí o si no, por un 42 por ciento que se decantan afirmativamente por su puesta en marcha. Aún así, los lectores de Ordessiete han sabido identificar los principales problemas de nuestro municipio. El desempleo, la pérdida de identidad e influencia, la falta de oportunidades laborales y el urbanismo son los factores que a juicio de nuestros lectores más reclaman pronta solución por nuestros gobernantes.

Nace de varias comisiones municipales
Un concejal proyecta su ciudad de aquí a un año. Un alcalde piensa cómo será su municipio cuando termine su legislatura de cuatro años. Un estratega piensa en la manera que hoy hacemos las cosas y cómo eso afectará de aquí a diez años. Un plan estratégico nace de la creación de una o varias comisiones municipales principalmente de promoción económica, empleo, industria y comercio. Estas diseñan un borrador de necesidades y dificultades que después la empresa o el profesional experto adjudicatario del Plan se encargará de contrastar con las visiones de la industria, el comercio, los sindicatos y otras administraciones. Tras los trámites oportunos, el plan será finalmente aprobado o rechazado en el debate plenario.

Muchos podrán alegar el mal momento económico generalizado para abrir un concurso que contrate por una cifra nada desdeñable los servicios de un experto consultor como hizo el Concello de Santiago de Compostela en 2008 con la contratación del catedrático de Economía Aplicada de la USC, Luis Caramés. A este se le encargó la redacción del plan estratégico 2010-2020 que contó con la participación de además del consistorio compostelano, la propia universidad, los principales sindicatos, la Cámara de Comercio, la Confederación de Empresarios, Caixa Galicia y el Arzobispado. Las conclusiones de Caramés para con la capital de Galicia pasarían por concebir la ciudad como Ciudad de Conocimiento y reconducir la actividad empresarial al ámbito tecnológico y biosanitario, promover el acceso a la telemática de empresas y ciudadanos, priorizar enseñanzas técnico-profesionales e identificar perfiles profesionales, y defender el fomento de infraestructuras y la vivienda social, entre otras cuestiones.

¿Le falta ambición a la Mancomunidade?
Pero es que en Ordes tenemos la Mancomunidade Voluntaria de Municipios da Comarca de Ordes, un ente que engloba a los municipios de Ordes, Frades, Mesía, Oroso, Trazo, Tordoia y Cerceda cuya utilidad ha sido puesta en tela de juicio en numerosas ocasiones.

Pese a que su vicepresidente, el abogado y concejal independiente Manuel Astray ha salido en numerosas ocasiones en defensa de la institución y de su interés para los ordenses, lo cierto es que sus últimas reuniones han tenido más que ver con reuniones “de tipo informal” a modo de brain storming como la propia nota de prensa oficial de aquel modo lo recogía en abril de 2010, que con un ente ejecutivo aportador de soluciones.

En agosto de 2008, Val do Dubra abandonaba la Mancomunidad Voluntaria de Ordes para integrarse en la de Santiago de Compostela. Recientemente, el Concello de Cerceda se ha integrado en el Consorcio de A Marina, y nuestros vecinos de Oroso están más pendientes del plan de transporte metropolitano que se diseña desde Santiago que de las convocatorias que Miguel Prado Patiño, alcalde de Frades y presidente de la Mancomunidade, traslada a sus homónimos.

Quizá sea ya hora de que Ordes deje ya de fijarse sólo en Cerceda y Oroso a la hora de hacer política y ampliar sus miras de forma independiente. Sin aquellos tres concellos, a la Mancomunidade le queda únicamente el de Ordes como líder nato de este proyecto que bien podría ser reconducido hacia la reflexión intelectual. Según declaraciones de Astray hechas a Radio Ordes del pasado 13 de abril, el mantenimiento de la Mancomunidade Voluntaria de Municipios da Comarca de Ordes le cuesta a las arcas municipales ordenses unos 5.000 euros cada mes. Una magnífica ocasión para justificar sus dotaciones podría ser la de idear y redactar, desde la nueva sede de la Rúa Nova, un borrador de Plan Estratégico 2012-2022 para nuestra comarca.

Foto arriba: Estación de trenes de Fosado.
Foto medio: La avenida de Alfonso Senra a la altura del Bar Juanito hace ya unos cuantos años (eOrdes)
Foto abajo: Inauguración del paseo fluvial del río Cabrón en diciembre de 2009.

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