sábado, 30 de julio de 2011

El éxito de UxO y el fracaso del BNG...¿o era al revés?

Por R. A. Landeira

Una de las primeras lecciones que se dan en los cursos de gestión empresarial es cómo sacar beneficio del éxito. Puede parecer una paradoja, pero haber logrado una victoria parcial y no saber gestionarla puede ser el camino recto hacia el fracaso final. Esto es lo que está sucediendo desde que el domingo 22 de mayo las urnas dieran a Manuel Regos la mayoría simple de los votos de los ordenses. Por el contrario, el BNG de Ordes estaba desolado. Presentaba el peor resultado jamás alcanzado por la formación nacionalista en una convocatoria municipal. Mientras UxO tocaba el cielo y vivía una borrachera de éxito, el BNG se hundía en el fracaso y la depresión.

Dos meses más tarde, qué paradoja, UxO está totalmente bloqueada y el BNG goza de una autonomía con la que nunca podría llegar a soñar a tenor del resultado electoral. ¿Por qué esto ha sucedido así? Por la gestión. UxO está fracasando estrepitosamente por su arrogante gestión individual; y el BNG, con su puñado de votos, está dando una lección de estrategia política, fuerza y entendimiento entre grupos a quien hasta ayer se creía el todopoderoso Regos.

El principio del fracaso del independiente empezó a las pocas semanas de creer ganar la alcaldía. Su brazo derecho, jefa de campaña, directora de comunicación, concejala de Educación y muchas otras cosas más en el Concello, Silvia Marín, tomaba contacto con los diferentes grupos con representación municipal buscando la adhesión de estos al programa de Regos. Primero, conversaciones –por dos veces- con el PP en el Hotel AC Palacio del Carmen de Santiago con la gente de Martínez Sanjurjo. Fracasó. Después, con los del BNG buscando la adhesión sí o sí en beneficio de todos. Fracasó de nuevo.

Por su parte y en paralelo, Roberto González, perro viejo en esto de la política municipal, trató durante aquellas primeras semanas y  como fuera, de bloquear una entente entre PP, BNG y CideGa que a punto estuvo de dejar a Regos en la oposición. Según me cuentan, el viernes 10 de junio por la noche, a pocas horas del nombramiento del alcalde, Regos no era el regidor. González esperó aquella noche a la puerta de la sede de los nacionalistas…Parece que tuvo éxito.

Así las cosas, en la sede de los independientes, el fracaso negociador de Marín se obvió y el éxito de González se amplificó. Un artificioso cóctel que les permitió felicitarse mutuamente y alzarse por los pelos y tras una desastrosa y vergonzosa ceremonia indigna de los ordenses, con el bastón de mando municipal. Allí no importaban las cerca de cien personas que testimoniaban la celebridad de la dignidad ordense. No. Allí lo único que importaba era que Regos saliera de allí con el bastón en la mano. Al precio que fuera. Los nacionalistas, callados, dieron pista a los de Regos esperando lo que inevitablemente iba a pasar y pasó.

El primer revés de los gordos para Regos vino el martes 5 de julio cuando el alcalde retiró, evitando así el esperado rechazo, una moción de los nacionalistas bloqueando las intenciones de Regos de gozar con una dedicación exclusiva de 29 000 euros anuales para su socio, Roberto González, y otra parcial de 16 220 euros para otro de sus concelleiros. Tratando de evitar que la noticia corriera como la pólvora por la villa, el alcalde veta la emisión de Radio Ordes donde se daba cuenta del fracaso y se levanta sesión en apenas 35 minutos. Todos los que allí estuvimos pudimos ver a los técnicos de Radio Ordes cómo sí grabaron la sesión plenaria.

El segundo round vendría esta misma semana con una goleada de Gonzalo Castro a Regos. Habrá normativa antitránsfugas y habrá auditoría externa en el Concello de Ordes. El alcalde se queda sin gente. Un Partido Popular que le detesta y un BNG que sonríe, quizá mofamente del fracaso de un éxito que está convirtiendo a Manuel Regos en la clase de político que él siempre despreció.

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